Ya no es suficiente contar con una página web que
hable acerca de tus servicios. Es necesario que los usuarios den con tu sitio
en cuestión de segundos, justo en el preciso instante en el que están
por realizar una compra o cotizar un servicio. Y es que, al existir tantas
páginas web, a Google no le queda más remedio que clasificarlas de acuerdo a
ciertas características (autoridad, relevancia y usabilidad)
Google, al contar con innumerables páginas web
por clasificar, diseñó un sistema de penalización que funciona a través de la
actualización de algoritmos, los cuales clasifican a las páginas web según el
grado de relevancia con el que dispongan. La clasificación se da en función a los
innumerables cambios que se producen en Google.
Las empresas especializadas en posicionamiento
orgánico o SEO, dedican parte de su tiempo en analizar el comportamiento de
Google para así mejorar las posiciones de las páginas web de sus clientes. Eso
sí, la base de todas sus estrategias se centra en el manejo de palabras claves,
es decir, palabras o frases que la gente utiliza cuando realiza una consulta en
el buscador más popular del mundo (Google).
Si bien es cierto, algunas empresas se contactan
directamente con Google para aparecer en las primeras ubicaciones, esto solo se
da de manera temporal, por lo que es necesario que se trabaje el
posicionamiento web al mismo tiempo en el que se gestionan las exitosas
“campañas publicitarias de Google”. Es mejor obtener buenas posiciones que
funcionen a mediano y largo plazo.
Hablemos de las características
Empecemos por la autoridad
Podemos entender la autoridad de una página web
como el nivel de popularidad en el mundo cibernético. Durante el paso de los
años, Google ha ido cambiando sus formas de medir este factor. Entre ellas
estaban el tiempo de existencia en Internet, el número de enlaces (entrantes y
salientes), las menciones en foros y redes sociales, entre muchas más.
¿Qué hay de la relevancia?
El criterio de relevancia funciona de forma
independiente a como lo hace la autoridad. Es decir, el contenido de una página
web debe estar dirigido a un público en específico, de manera que los usuarios
encuentren útil la información que encuentran en el sitio. De eso se trata la
relevancia, de escoger las palabras clave correctas que describan las
necesidades del usuario.
Sobre la usabilidad
Un sitio web debe estar perfectamente diseñado y
programado, esto con el fin de proporcionar una excelente experiencia a
las personas que visiten la página en busca de información o deseen adquirir un
producto determinado. De no ser así, la duración de la visita hacia tal sitio
se resumiría a un tiempo de diez segundo, ocasionando pérdidas económicas en la
inversión del posicionamiento.
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